Resistió tantas veces mis ataques que encolerizó de marfil y ébano -
Flotando perpleja mirando el mar de cemento
Me abandonó tantas veces que nunca me dejó de lado -
La conocí tantas veces que no pude dejar de besarla
Me apoyé en sus caderas mil diferentes formas
La miré a los ojos y me libré pederasta en sus azotes
Recorrí todo el cuerpo de los mil ritmos de su baile
Conocí la poligamia inaplicable ley
Me hice inmoralmente invisible -
Aprendí a reconocer la angustia pre – orgasmo
La depresión que seguía la carne abandonada
Grité sus cien nombres cada vez que nos encamamos
Cada vez que follamos sin control
Cada mordisco al hacer el amor -
Cada una de las mujeres que viven en su perfecta locura
Tomé por despecho cada uno de sus matices
Rogué como pude las cicatrices por sus incontables rasgaduras.
En el abismo perdido de su espalda dibujé garabatos
Cada silueta torneada me llamaba a vivir allí
Y el inquilino que yo era, lo dejé de ser jamás
Nunca pude poseerla por completo
Un solo hombre no alcanza para tantos desgarros
Pero he de ser un masoquista
O quizás logré comprender
La lejanía monogámica de un ser viviente
La he tomado mil veces de la mano y siempre ha puesto el brazo
He mordido suavemente cada uno de sus múltiples cuellos
Y siempre sonrió cambiando el tema de estación -
Un día me tomaron las manos y los ojos
Me perdieron en el océano de sábanas amasadas
Un día como si nada me devoraron con todas sus lenguas
Me sonrieron con su dentadura de princesa mortuoria
Me ensalzó la alegría de la delgada amistad
Todo que se pierde en el deseo de derrotar los lazos distancias
Cuando me envolví de todas sus mujeres
No conocería una mujer de vivienda solitaria más -
Cuando la sensualidad de su canto cíclico
Superó las líneas que dibujan los cirujanos
Me fijé por fin en su perfecto envase para mujeres perdidas
Y no es que no lo haya visto antes
Porque de lejos se notaban sus formas candentes
De amante perfecta, de bestia sanguinaria
Desde adentro era la incertidumbre más aún
Cuando me vi por fin cubierto de sus amarraduras
Sus millones de ensambles
Cuando su estructura perfecta
Calzaba mi molde mal hecho
Torcí y partí mi lucidez
Me dejé llevar para siempre por sus enmarañadas luces
Hice mal uso de todas sus verdades
Las convertí en textos nunca escritos
Los que nunca me pidió.
Cuando tomó sus utensilios y los apartó
A sabiendas de la tempestuosa oralidad bailable lingual
Imaginé las noches perpetuas promesas inconclusas
Supe que jamás la iba a dejar, ni aunque la dejara
Ni aunque la escupiera firmamento
No me tomó la mano ni cedió sus cuellos de hipnótica estadía
Me hice primero en la sala de espera
Me hizo paciente sin paciencia
Adorador de su perfume piel gastada
Amante secreto a sus gritos esperpentos.